Volvo, pionero en seguridad para el automóvil, considera el medioambiente la última frontera en la seguridad de las personas. Por eso se ha volcado en el coche eléctrico y en la fabricación responsable, siendo el nuevo Volvo EX30 su último gran hito en su estrategia de sostenibilidad. El fabricante sueco afirma que es su modelo más sostenible hasta la fecha, y nosotros vamos a averiguar por qué.
Diseño inteligente para mejorar la eficiencia
Para entender en su conjunto cómo Volvo ha conseguido su modelo más sostenible hasta la fecha, hay que empezar por el principio de todo vehículo: su diseño. El Volvo EX30 es un vehículo nativo eléctrico, es decir, nace exclusivamente como eléctrico sin versiones híbridas o de combustión. Y por tanto es diseñado desde el principio como tal, siguiendo las claves más adecuadas para optimizar sus prestaciones eléctricas.
Por ejemplo, ya hablábamos en este artículo que el Volvo EX30 es, con 4,23 metros de largo y 1,83 de ancho, el modelo más compacto en la historia del fabricante. Esto, como veremos más adelante, ya supondrá un beneficio directo en la eficiencia del vehículo. Pero Volvo no quería comprometer la habitabilidad y el confort que se le presuponen a sus modelos, por lo que ha optimizado al máximo el espacio interior con un diseño más inteligente y prescindiendo de elementos innecesarios.
Los ejemplos más gráficos son la guantera, que pasa a estar bajo la consola central para dejar más espacio para las piernas del acompañante. O los altavoces de las puertas, que se concentran ahora en la nueva barra de sonido y dejan ese espacio libre para almacenamiento extra.
En general se han eliminado muchos elementos redundantes o superfluos, en parte gracias al magnífico trabajo con las interfaces digitales (que se concentran, por cierto, en una única pantalla). Y se ha hecho un gran esfuerzo por eliminar todos los huecos y espacios muertos entre piezas y componentes.
Materiales reciclados y de origen sostenible
Un diseño inteligente implica también la utilización de materiales responsables y ecológicos. Volvo ya declaró hace años que prescindía del cuero natural como parte de su programa de fomento del bienestar animal, y que incluía también el uso de tejidos naturales y de origen responsable como la lana, el algodón y el lino. Por su parte, promovió el uso de Nordico, un tejido tecnológico fabricado a partir del reciclaje de botellas PET y de tapones de corcho desechados.
El Volvo EX30 es nuevamente pionero en esta materia con la introducción de nuevos materiales responsables y sostenibles. Destaca el uso del denim reciclado para la decoración interior, procedente de desechos rescatados de la industria de la moda. También otros materiales para los paneles y salpicaderos, como Particle, fabricado con persianas y marcos de ventanas usadas, o Flax, confeccionado con lino de origen ecológico certificado. Las alfombrillas fabricadas con redes de pesca desechadas es otro buen ejemplo.
Pero donde se combate de verdad la lucha por el reciclaje es en las materias primas utilizadas en la estructura del vehículo (plataforma, carrocería, etc.). El Volvo EX30 es el modelo que más porcentaje de materias primas recicladas contiene de entre todos sus hermanos, y supone un espaldarazo a los ambiciosos objetivos de Volvo en este campo a largo plazo.
Por ejemplo, Volvo planea para 2025 emplear un 25% de acero reciclado, y con el Volvo EX30 ya utiliza un 17%. Igualmente con el aluminio reciclado, que aspira a utilizar en un 40% y ya emplea en un 25%. Estos y otros metales reciclados proceden principalmente de la propia industria de la automoción, en una cantidad que Volvo estima en 188.000 toneladas al año.
Con los elementos plásticos, que tanto dilemas plantea por su origen fósil, Volvo busca el reciclaje así como la fabricación ecológica en un 25%, y ya lo consigue en un 17% con el pequeño SUV eléctrico. Se emplea fundamentalmente en componentes interiores y en los paragolpes exteriores.
Fabricación sostenible del vehículo de principio a fin
Volvo ha dicho por activa y por pasiva que, para luchar por el medioambiente, no basta con fabricar vehículos eléctricos. La compañía sueca considera la sostenibilidad en todo el ciclo de vida del vehículo, y eso implica a los fabricantes en sus diferentes procesos. Los objetivos que se marcó para 2025 son reducir un 40% las emisiones de CO2 en la fabricación de cada vehículos, desglosado en un 50% en las emisiones de escape y un 25% en las de operaciones, suministro y abastecimiento de materias primas.
En este sentido, y como no podía ser de otra manera con un modelo 100% eléctrico, el Volvo EX30 se fabricará en una planta con energía 100% climáticamente neutra, y sus proveedores directos se han comprometido a utilizar un 95% de energías renovables. Con su menor tamaño, también se ha conseguido reducir un 30% el consumo de acero y aluminio, cuya manufacturación supone otra importante fuente de emisiones.
Con las motorizaciones y baterías más ajustadas que ofrece el Volvo EX30, se reduce el uso de materiales escasos como el litio, el cobalto o el manganeso. También se utilizará tecnología blockchain para rastrear la trazabilidad de los proveedores y garantizar su origen sostenible.
Con el diseño inteligente también se logra reducir la cantidad de materiales. Como dijo Jim Rowan, “el elemento más sostenible es aquel que no existe”, y se han conseguido reducir muchos innecesarios o que duplicaban funciones. También se ha tenido en cuenta el futuro reciclaje y refabricación del modelo, desde la batería que irá destinada al uso doméstico, hasta los parachoques, que no se pintan para que puedan ser reciclados con mayor facilidad en el futuro.
El Volvo más sostenible hasta la fecha
Entonces, ¿por qué es el Volvo EX30 su modelo más sostenible hasta la fecha? Evidentemente, ayuda que se trate de un vehículo cien por cien eléctrico, y que por su menor tamaño y peso consigue una excelente eficiencia energética: 14,3 kWh/100 km en su versión Single Motor y 15,7 kWh/100 km en la Extended Range.
Para realizar el Análisis del Ciclo de Vida (ACV) del vehículo, Volvo ha tomado como referencia el kilometraje medio que realizan este tipo de vehículos, 200.000 kilómetros, y el mix energético europeo medio para cargar el coche durante este tiempo. Esto le da una estimación de 27 toneladas de CO2, aproximadamente un 25% menos que otros modelos eléctricos del fabricante como el Volvo XC40 eléctrico o el Volvo C40.
Pero el hito del Volvo EX30 también se consigue gracias a todas estas medidas y planteamientos en el diseño y la fabricación del Volvo EX30. Con todo, el fabricante sueco ha conseguido rebajar el impacto ambiental “de la cuna a la puerta” (es decir, desde la obtención de la materia hasta la salida de la unidad de la fábrica) en aproximadamente 18 toneladas de CO2.
Una cifra que podría reducirse aún más cuando las primeras unidades del EX30 lleguen a su fin de vida, gracias al reciclaje y la remanufacturación. Volvo estima que la refabricación de componentes de automoción emplea un 85% menos de materias primas y un 80% menos de energía.